Wednesday, October 05, 2005

La obscuridad del transcriptor...




[ 1 ]

Todo lo aquí relatado es y será pura fricción con la realidad. Cualquier coincidencia es producto del azar y de la intransigencia de los hechos, de las cosas también, que se rev(b)elan en y contra mi.

Las olas azotan mi vida incluso en sueños. Hay noches en las que me siento naufrago sobre mi tabla, arrastrado por la marea hacia un mar interior que poco a poco me integra en su seno. El neopreno cede y el frio llega y se apodera de mi cuerpo, de mi ser... ya no soy yo. El mar está en mi, pero no es superficie, al fin.

[ 2 ]

Sonidos. Sonidos lejanos, cercanos, misteriosos e inesperados; de ellos, los menos, son aquellos que esperas que sucedan. Antes o despues sabes que se van a producir. Da lo mismo el momento. No te pillan, o me pillan, desprevenido; sabías que estaban próximos... y que era cuestión de tiempo... en la oscuridad y en la ausencia toda presencia se acentua. Sonidos que te hacen, o me hacen, compañía. Arrullan y alivian el entresueño. A vez agrietan mi mente. La abren.

Todo está inmerso en la oscuridad y escasas briznas de luz se filtran en la estancia. Los vehiculos atraviesan la avenida y al girar en el cruce de calles arrojan su luz contra la fachada de la casa en la que se inscribe la ventana de esta habitación; habitación amplia y oscura. He olvidado qué hay en ella, todo lo que hay en ella, y me limito a recorrer con los dedos el papel que tengo entre las manos. No recuerdo que hay en la habitación, sólo mis dedos presionando el papel. Tampoco sé si tengo los ojos abiertos o cerrados. Estoy ausente de mi cuerpo, excepto de mi mano, de mis dedos, de la superficie que roza los puntos relevantes del papel. Soy mano. Una mano autómata que funciona como resorte telegráfico. Mi mente capta los impulsos y verifica mis dias sobre el papel, en la noche.
Sigo el rastro de mis dedos. Lo escucho y oigo y siento como se mueven, o no. Como se paran, o no. La intensidad es variable y mi tacto ya no se sorprende, está acostumbrado, a oír como se desplaza. El filo del papel es preciso y cortante, técnico y frío, siempre más frío que yo y enfrentado a mi. La oscuridad sigue y en ella yo, que no espero nada que no sea el bálsamo del último minuto de vigilia, cuando presientes que por fin ha llegado tu hora y que pasarás a mejor vida hasta despertar... y entrarás en el mar, sumergiéndote en la primera ola que llegue y que todo olerá a sal y cera de coco. La tabla rígida y la dificultad que ya conoces para llegar a la línea, a la contemplación del océano que se viene hacia ti en su infinita marea.
Quizá nada tiene sentido y las palabras escritas sean el resultado de erratas de interpretación. Pero yo no interpreto, sólo transcribo de una traducción dada y verificada cientos de veces. Una traducción consensuada que yo pongo a disposición de quien no ve lo escrito y no reconoce las palabras. Las palabras una tras otra, y tampoco cada palabra aislada en su grafía y la posibilidad de su significante. A ellos transcribo yo lo que hay ahí, en cada letra, en cada palabra, en cada frase, y línea tras línea hasta que se acaba el texto y vuelvo a comenzar. Así, mes tras mes por un salario, en la noche, al lado de un cuerpo quieto y tibio que descansa y que no es el mío.

Concentrarse en la tarea. Palpar...

...DEFINICIONES
I. Por causa de sí entiendo aquello cuya esencia implica la existencia, o, lo que es lo mismo, aquello cuya naturaleza sólo puede concebirse como existente (1).

Las notas las repaso siempre al final. Primero, lo importante. Verificar que lo transcrito tiene sentido y que las erratas son inexistentes . Repasarlo dos veces. y así verificar que el tacto no me ha engañado y cada grupo de puntos relevantes está en su sitio y produce la letra correspondiente, la palabra y la frase; además, en este caso, que la definición es completa. Volver a repasar.
Luces que cruzan la habitación. Minúsculas en su origen e imaginales sobre la pared: un edificio de 6 plantas invertido se despliega sobre la pared estantería que se revela pantalla.

Siguiente...
II. Se llama fínita en su género aquella cosa que puede ser limitada por otra de su misma naturaleza. Por ejemplo, se dice que es finito un cuerpo porque concebimos siempre otro mayor. Del mismo modo, un pensamiento es limitado por otro pensamiento. Pero un cuerpo no es limitado por un pensamiento, ni un pensamiento por un cuerpo.